Notas editoriales

La reconfiguración en el sector automotriz que implica el eventual reemplazo de los vehículos con motor de combustión interna por eléctricos obliga a las compañías productoras de acero a presentar nuevas variedades de este metal para ser incluidas en los proyectos de movilidad dirigidos hacia el mercado consumidor.

Fernando Actis, vicepresidente de investigación y desarrollo global en la multinacional Ternium, es consciente de que los futuros modelos automotrices requieren ser más ligeros para consumir menor energía, lo cual hace necesario un replanteamiento de diseño con piezas resistentes que además de velar por la seguridad de los conductores también sean menos pesadas.

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Por ello, aunque se menciona que el aluminio tendrá una mayor presencia en los vehículos, el directivo sostiene que la industria acerera está preparada para continuar siendo un elemento clave en el ensamblado.

Como proveedores de la industria automotriz debemos sumarnos a la nueva tendencia produciendo aceros avanzados que sean más ligeros, pero enfocados en brindar mayor resistencia y absorción de energía ante posibles impactos

Y es que detrás de la producción de aceros especializados figura todo un largo y minucioso proceso de investigación que ha hecho posible el desarrollo de lo que hoy se conoce como Acero de Alta Resistencia (AHSS por sus siglas en inglés) de Tercera Generación. Sin embargo, su empleo todavía es costoso.

Variedades de alta resistencia

Por el momento, en el mercado del acero existen cuatro opciones que podrían llegar a ser tomadas en cuenta en el diseño de vehículos estructuralmente más livianos, con mayor seguridad y con un sistema más sustentable.

En primer lugar, figura el Acero Avanzado de Alta Resistencia de Primera Generación, el cual fue desarrollado a partir de aceros suaves con elementos de aleación que garantizan una resistencia estructural que oscila entre 600 y mil megapascales.

Otra alternativa, es el Acero Martensítico que tiene una estructura metalográfica formada básicamente por martensita (ferrita deformada por el carbono que no pudo difundirse). Dicha característica le permite resistir la corrosión y el desgaste mecánico.

Por su resistencia, dureza y alargamiento, esta variedad tiene una capacidad mayor a mil 200 megapascales.

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Ahora bien, producido con un nivel mayor de resistencia a la tensión, se encuentra el Acero Avanzado de Alta Resistencia de Tercera Generación, que al tener aleaciones de Titanio y Boro también ofrece una mejor ductilidad. Además de que garantiza una capacidad mayor a mil 500 megapascales.

Al respecto, Juan Pablo Pedraza, director de investigación y desarrollo global en Ternium, señala que en los últimos años el sector acerero ha experimentado una evolución de la mano de la industria automotriz y por lo tanto espera continuar presente en sus nuevas propuestas de movilidad.

“El desarrollo exponencial en la industria del acero se traduce en que al inicio de la década de los 90s un diseñador automotriz solo tenía cerca entre 10 y 12 tipos de acero para trabajar, pero hoy tiene más de 200 opciones en mercado. No obstante, para producir aceros especializados debemos cumplir con ciertas condiciones funcionales que permitan destacar el desempeño de un producto con respecto a otro, pues van a destinarse para distintas zonas en un vehículo.

En este sentido, existen aceros con componentes microestructurales balanceados y una distribución homogénea que se diseñan para cumplir con cierta formabilidad, pero el reto en las compañías automotrices es saber elegir que tipo se adecua a sus necesidades de alta absorción de impacto, o con relación a la deformación del metal en zonas estructurales como el chasis o en el área de la batería”, subrayó.